Mi sombreada pureza.

Lo nuestro me resulta curioso, no pareces interesado ni ambicioso, te comportas como un caballero, pero cada cual tiene su escrito bien certero, desde hace mucho compartimos cenicero, mientras lo recuerdo desgasto mi lapicero, eres simpático y sincero, aun así, sigo temiendo en decirte te quiero, con diferencia eres el primero que no es un julay ni rastrero, y lo más importante tienes carácter no eres un perrito faldero.

*No quiero relación, te lo digo con una condición, tú y yo nos recreamos en aquella estrecha habitación. No quiero asentar la cabeza, quiero mi libertad, conservar mi sombreada pureza, entiéndeme te lo estoy diciendo con tacto y delicadeza.

Hace mucho mate el amor, mi último error, fue un contratiempo, ahí ya solté sobre alguno la mano caliente y recite algún que otro escarmiento, tú me gustas, franca y directa, no sé a dónde nos llevara la línea en la final recta, contigo siempre mojada mientras a la tuya la noto erecta, está ya no es romántica, dejando correr la actitud de mi interior sexual maniática. Esto es como la estadística, calculada la raíz cuadrada en la matemática, salvaje, carnal y placentera la postura sea o no en plano horizontal.

*No quiero relación, te lo digo con una condición, tú y yo nos recreamos en aquella estrecha habitación. No quiero asentar la cabeza, quiero mi libertad, conservar mi sombreada pureza, entiéndeme te lo estoy diciendo con tacto y delicadeza.

Cerveza tras cerveza, cual es mayor la ansiedad o la pereza, en compartir sentimientos con la ebria inspiración, sin sopesar la positiva o negativa razón, el Cupido flecho tu corazón con otra, que estaba en rehabilitación, desapareció de tu vida y tú te hundiste en una profunda depresión, te vi pedir vida sobre las rodillas, ahora recuperando estas la adecuada posición, aun así, te lo recalco con signo de exclamación, ojo al dato, el signo no es de interrogación.